Las exigencias actuales en nuestras ganaderías son cada vez mayores. Nos encontramos en un negocio con muchas oportunidades interesantes, pero que cada vez tiene también limitantes y dificultades.
Hoy sin duda la lecherías en base a pastoreo, tienen una ventaja comparativa muy grande frente a otras lecherías. Sin embargo, debemos tener bien que antes las exigencias del mercado, día a día tenemos que profesionalizar cada vez más los procesos internos de nuestras lecherías para llegar a un punto de eficiencia y rentabilidad adecuados para los desgastes y responsabilidades que ameritan nuestro negocio.
Pasando al punto que vamos a tratar en nuestro artículo del día de hoy, vamos a hablar de cuales son los genes que para mí son importantes y fundamentales para tener en nuestras lecherías. Recordemos que los genes son la unidades físicas básicas de la herencia. Son eternos, nosotros y nuestras vacas poseemos genes que datan desde el origen del planeta. Basado en este concepto, me gusta hacer énfasis en la exigencia y cuidado que debemos tener al seleccionar las líneas maternas y paternas que conformarán las siguientes generaciones de nuestras ganaderías. Ya que esos genes que decidamos que ingresen en nuestro hato, en un futuro harán parte del acervo genético de nuestro hato, es decir, harán parte del Pool o patrimonio genético de nuestra ganadería, y de ahí en adelante es donde surgirán todas las combinaciones posibles de ellos para expresarse en nuestras siguientes crías. Por ello en nuestro hato, somos muy cuidadosos en la selección de toros y vacas, debido a que no solo por el mérito de ser buenos individuos pueden llegar a ser buenas madres, sino que debemos evaluar, madres, abuelas, abuelos, bisabuelas y bisabuelos, para asegurarnos que ese Pool de genes que vamos consolidando este rodeado de los genes que queremos que se transmitan. Básicamente es decir que a nuestra piscina o caldo de genes estemos echando más genes de los que queremos que en algún momento cuando metamos el cucharón para sacar una progenie haya más posibilidades que nos salgan los que queremos tener. Esa es la definición práctica del asunto.
Las vacas de reemplazo de nuestra finca serán moldeadas por los genes que introduzcamos en nuestros hatos. Sea cuales sean la condiciones de nuestras lecherías, estas son las carácterísticas que debemos tener en cuenta a la hora de seleccionar los reproductores y reproductoras y seleccionar con firmeza:
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Sistemas mamarios.
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Talla media.
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Patas y pezuñas.
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Fortaleza lechera.
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Buen IPC (intervalo parto concepción.)
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Betacaseína A2A2.
Realmente son varias características, y cada una de ellas es el resultado de la unión de varios genes específicos, ya que cada una se desglosa en varios caracteres a evaluar. Obviamente esta selección de genes específica, debe ir enlazada 100% con una gran gestión de nuestro hato nutricional, reproductiva y con un manejo óptimo, para poder permitir que estos genes se manifiesten, sino tendrán un efecto apagón, en donde estos genes en alguna etapa de la vida de la vaca en donde entrarían a expresarse, no se expresan simplemente porque no fueron cobijados por unas garantías de cría y manejo que así se los permitieran. Que es una de las etapas más tristes para un ganadero, puesto que haríamos lo más difícil, juntar esos genes, (que siempre tiene un gran componente de azar) en cambio el manejo, la alimentación y la reproducción, dependen 100% de nosotros. Entonces siempre como lema; Buenas vacas muy bien manejadas.
Si lo vemos desde el punto de vista de la selección a partir de un hato heterogéneo, seguramente será más difícil llegar al ideal que tenemos como vaca a producir. Y si lo vemos desde un hato con madres definidas y un sistema de reemplazos protocolizado en donde están claras las madres de la ganadería, será más fácil lograrlo. Sin embargo, los conceptos para ambos casos son los mismos. Veamos puntualmente por qué.
Hay que partir del hecho de que las labores dentro de nuestra ganadería están protocolizadas y bien definidas, y que tenemos una buena gestión de la información al interior de nuestra finca. Controles lácteos, gestión reproductiva intensiva, evaluación fenotípica periódica de nuestras vacas. Sin estas labores no se van a poder tomar decisiones adecuadas dentro del predio, simplemente porque lo que no se mide, no se evalúa, y lo que no se evalúa no se puede mejorar. Y definitivamente estas son las características que se van a ver involucradas directamente con nuestro programa de selección. La producción, la reproducción y las características fenotípicas ideales que se traducirán en longevidad.
Lo que siempre recomendamos en sistemas adecuados de selección de reemplazos para lechería es partir de bases puras. En las lecherías modernas, tenemos que especializar la producción de reemplazos como se hace en cerdos y aves. En vacas debemos llegar a modelos similares, con variantes obvias del sistema de producción, pero básicamente lo que recomendamos es siempre partir de donantes puras adecuadamente seleccionadas, por su trazabilidad genética, por los datos de su familia, y por las características fenotípicas que nos muestran. Y a partir de allí, seleccionar el toro que mejor nos ligue, nos mejore y/o nos conserve las características deseadas.
Recomendamos partir de donantes puras, debido a qué hay una mayor trazabilidad genética, información de padres y madres, lo que nos permite ir 4 o 5 generaciones atrás e interpretar genéticamente esos pedigrís y saber que genes y mapas genéticos son los que estamos seleccionando y construyendo. Teniendo esta base genética, vamos a tener gran versatilidad en los cruces para la producción de leche puesto que sabemos que con cruces complementarios los resultados son excepcionales, en este caso recomendamos fuertemente en lecherías de trópico medio y bajo, los cruces con Gyr hacia Holstein y hacia Ayrshire, debido a las buenas producciones que hemos podido comprobar y a la funcionalidad de estas vacas, vacas que producen, se preñan, se enferman poco y duran mucho.
En lo que hemos evaluado en nuestro hato, un hato que ordeña 70 vacas con promedio 19,3 litros, en donde de esas 70 vacas 16 son Gyr puras y 54 mestizas en varios grados de sangre Girolando y Gyrshire, las características que atrás hemos mencionado para nuestro sistema, en el eje cafetero con 1.100 MSM, con topografía ondulado y caminatas diarias superiores a los 1.500 metros en algunas ocasiones, son indispensables para poder lograr una alta rentabilidad, que está acompañada evidentemente de una alta productividad de leche, con bajos costos en intervenciones médicas por bajo índice de enfermedades podales y mamarias y que por esa funcionalidad y eficiencia de las vacas les permite durar más de 5-6 partos a la mayoría de ellas. Con alrededor de 5 vacas entre estas 70 con 8 partos o más.
Dentro de lo que cabe de la selección genética hemos hay una gran cantidad de toros a elegir, pero sin el ánimo a entrar en intenciones comerciales de sugerir x o y toro, los invitamos a que elijan y estudien los toros a involucrar en su hato, pero más importante todavía a que seleccionen las madres del hato con bastante cuidado, debido a que estas vacas, serán las que les van a dar el plus a su programa debido a que tienen la carga genética para producir crías que produzcan y se reproduzcan eficientemente en sus ganaderías. Nuevamente; Talla media, excelentes patas, excelentes sistemas mamarios. El resto, con comida y buena gestión reproductiva y de manejo, les harán ser una ganadería muy eficiente y rentable.
Arpidio Andrés Escobar Raigoza